jueves, 6 de marzo de 2014

MARIE SKLODOWSKA CURIE

Nobel Física-1903 (compartido)




El padre de Marie Sklodowska era profesor de física y su madre directora de un colegio de chicas, por lo que todo en la vida parecía lleno de buenos augurios para una niña inteligente. Sin embargo, por aquel tiempo Polonia estaba bajo el dominio de Rusia y después de la infructuosa rebelión polaca de 1863 el puño ruso se cerró aun con más fuerza. Su madre murió de tuberculosis durante la juventud de Marie y su padre perdió el puesto.

Marie  no tenía posibilidad de recibir enseñanza superior a la del colegio en la Polonia reprimida. Un hermano y una hermana mayores que ella se habían marchado a París en busca de dicha enseñanza y Marie trabajaba para ayudarles a pagar sus gastos y ahorrar para su propio viaje al mismo tiempo de estudiar por su cuenta lo mejor posible con la ayuda de libros. En 1891 sus ganancias habían alcanzado el mínimo necesario, con lo que se fue a París, donde acudió a la Sorbona. Durante este periodo vivió con la mayor frugalidad (desmayándose de hambre una vez en medio del aula), pero cuando se graduó lo hizo a la cabeza de la clase.

En 1894 conoció a un químico francés, Pierre Curie, quien se había hecho ya un nombre por el descubrimiento de la piezoelectricidad, es decir, la manera mediante la cual puede producirse un potencial eléctrico a través de ciertos cristales por la aplicación de presión. El 26 de Julio de 1895 se casaron.

El descubrimiento de los rayos X por Roentgen y de las radiaciones de uranio por Becquerel pusieron en actividad a Marie Curie. Fue ella la que dio el nombre de radioactividad al proceso por el cual el uranio emitía radiaciones. Estudió las radiaciones emitidas por el uranio y sus conclusiones coincidieron con las de Rutherford y Becquerel en cuanto a la demostración de que había tres clases diferentes de rayos, alfa, beta y gamma.

Madame Curie entonces aplicó el descubrimiento de su marido de la piezoelectricidad a la medida de la radioactividad. Las radiaciones radioactivas ionizaban el aire y lo hacían capaz de conducir la electricidad. Cuanto más intensa fuera la radioactividad, con mayor intensidad conducía la corriente. Esta corriente podía ser detectada por un galvanómetro y neutralizada por el potencial producido por un cristal bajo presión. La cantidad de presión justa para equilibrar la corriente producida por las radiaciones radioactivas proporcionaba una medida de la intensidad de la radioactividad. Estudiando diferentes compuestos de uranio de esta misma manera demostró que su radioactividad era proporcional a la cantidad de uranio que contenían, identificando la fuente de radiación con los átomos de dicho elemento. En 1898 demostró que el elemento pesado, torio, era también radioactivo.

Mientras tanto, había hecho un descubrimiento interesante en conexión con los minerales de uranio. Al medirlos por su método piezoeléctrico, algunos mostraban ser mucho más activos de lo esperado, que lo que podía concebirse por su contenido en uranio. Inmediatamente decidió que las gangas de mineral tenían que contener elementos mucho más intensamente radioactivos que el uranio, puesto que los otros elementos conocidos que formaban parte de los minerales eran también conocidos como no radioactivos. El exceso de radioactividad debía de ser atribuido a la presencia de elementos en cantidad demasiado pequeña para ser detectados y dichos elementos tenían que ser, por tanto, muy radioactivos. En este punto Pierre Curie abandonó su propia investigación para unirse a su mujer como cooperador deseoso y admirador, permaneciendo así durante los últimos siete años de su vida (esto fue una idea acertada, porque aunque él era un extraordinario científico, ella era fuera de serie, e indudablemente la más grande mujer científica de todos los tiempos).

En julio de 1898 los dos, trabajando juntos, habían aislado de la ganga de uranio una pequeña pizca de polvo que contenía un nuevo elemento cien veces más radioactivo que el uranio. Le llamaron polonio por el país natal de madame Curie. Sin embargo, en ningún caso el polonio explicaba la intensa radioactividad de la ganga. El trabajo siguió adelante.

En diciembre de 1898 detectaron una sustancia todavía más radioactiva y la llamaron radio y, sin embargo, la cantidad eran tan pequeña que solo podía ser detectada, a modo de impureza, por la naturaleza de sus radiaciones y por su espectro característico observado para ellos por DemarÇay. Lo que querían los Curie era producir radio en cantidades visibles y capaces de ser pesadas de modo que sus extraordinarias propiedades no pudieran discutirse. Para esto se necesitaban grandes cantidades de ganga, que, de hecho, existían en las minas del valle de San Joaquín, en Bohemia (entonces parte de Austria-Hungría, ahora parte de Checoslovaquia), que habían sido explotadas durante siglos por su plata y otros elementos. La ganga inservible, rica en uranio, aparecía amontonada por todas partes. Los dueños de la mina estaban perfectamente de acuerdo en dejar a los dos locos científicos franceses llevarse cuanto quisieran de aquel material sin valor, sin cobrarles más que los gastos del transporte. Los Curie pagaron gustosamente con los ahorros de su vida.

En la Escuela de Física donde trabajaban los Curie había un viejo cobertizo de madera con un tejado resquebrajado, sin piso y con calefacción insuficiente. Los dos obtuvieron permiso para trabajar allí y durante cuatro años se dedicaron a purificar y a volver a purificar cuidadosamente las toneladas de ganga sacando muestras cada vez más pequeñas de material más y más intensamente radioactivo. Durante todo este tiempo tenían que ocuparse de su niña, Irene, que estaba destinada a ser una famosa científica por propio derecho como Irene Joliot-Curie. Pero el empuje ardiente de Marie mantuvo al equipo marido-mujer al frente de las inmensas dificultades. En 1902 habían conseguido preparar una décima de gramo de radio.

En 1903 Marie Curie escribió su tesis doctoral, que fue de hecho un documento homérico y, por ésta, ella y Pierre compartieron el premio Nobel de aquel año con Becquerel. (Los Curie estaban demasiado enfermos en aquella época para hacer el viaje a Estocolmo.) Marie explicó la enorme energía emitida continuamente por un material como el radio, pero la fuente de dicha energía siguió siendo un misterio hasta que Einstein en 1905 demostró como la masa podía convertirse en energía.

En 1906 Pierre murió en un accidente de tráfico (le atropello un coche de caballos). Marie tomo posesión de su cátedra en la Sorbona, siendo la primera mujer en enseñar allí, continuando las conferencias de Pierre en el punto donde las había dejado. Sin embargo, no pudo superar los prejuicios de su sexo en todas partes. Cuando fue nombrada miembro aspirante de la augusta Academia Francesa, perdió por un voto, porque era una mujer.

El premio Nobel de física que ganó en 1903 había sido por sus estudios en radiaciones radioactivas. En 1911, por su descubrimiento de dos nuevos elementos fue galardonada con el premio Nobel de química y, muerto su marido, tuvo que aceptarlo sola. Ella es la única persona que ha ganado dos premios Nobel de ciencias. (Su fama no la libró de sus obligaciones humanitarias. Durante la Primera Guerra Mundial condujo una ambulancia).

Sus trabajos en radioactividad y el dramático descubrimiento del radio dieron los últimos toques expectación, que había empezado con el descubrimiento de Roentgen de los rayos X, y todo el asunto de la radioactividad empezó a obsesionar a los físicos. Otros elementos radioactivos fueron descubiertos por hombres como Dorn y Boltwood, que siguieron el camino que había emprendido la brillante mujer polaca.

Sus últimas décadas transcurrieron en la supervisión del Instituto de Radio de París. No hizo ningún intento de patentar ninguna parte del proceso de extracción del radio, el cual permaneció a la cabeza de las noticias durante casi una generación, gracias a su actividad para atajar el crecimiento del cáncer bajo las circunstancias adecuadas. Pero al final Marie murió de leucemia (una forma de cáncer de las células del cuerpo formadoras de leucocitos) causada por la demasiada exposición a las radiaciones radioactivas.




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