Como muchos hombres de su época,
Lilienthal soñaba con volar. Se concentró en imitar el vuelo de los pájaros,
pero solo en los momentos de planeo, sin intentar sacudir las alas (una trampa
para muchos anteriores inventores). En 1877 construyó su primer invento, con
alas arqueadas como un pájaro, que probó que eran mejores que planas (los
modernos aeroplanos, aviones, tienen todavía las alas curvas, pero no
exactamente al estilo de los pájaros). En 1891 se lanzó él mismo en su primer
planeo.
El planeo, o el intento de hacerlo, se
convirtió en la más importante y atrevida actividad, en el final del siglo XIX,
como el ascender en globo lo había sido justamente un siglo antes, pero nadie
sobrepasaba a Lilienthal en esta disciplina.
Se lanzó al aire con éxito más de dos
mil veces. Pero en 1896 se lanzó una vez sin éxito, cuando ensayaba un modelo
con timón, murió a consecuencia de las heridas recibidas en la caída.
No tuvo la oportunidad de observar, como siete años más tarde los
hermanos Wrihgt no solo planeaban con entusiasmo sino que volaban. Demostraban
que al montar un motor en un planeador podía convertirse en un aeroplano.